Historia de la Bandera y el Himno Nacional del Ecuador
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2. Siendo Presidente de la República el General Eloy Alfaro, el Congreso
Nacional de 1900 estableció la Bandera Patria por decreto del 31 de
Octubre, que en su artículo segundo dispone: "El Pabellón Nacional
será, sin alteración alguna, el que adoptó el Ecuador desde que
proclamó su independencia, cuyos colores son: amarillo, azul y rojo en
listas horizontales, en el orden en que quedan expresados de superior a
inferior, debiendo tener la franja amarilla una altitud doble a la de los
otros colores". Este decreto legislativo, según reza la historia, fue
sancionado por el Ejecutivo el 7 de Noviembre de 1900.
Los colores de nuestra bandera tienen los siguientes significados:
El amarillo: el oro, la abundante riqueza de la agricultura y los grandes
recursos de que está dotado el país.
El azul: simboliza el océano, el claro y limpio cielo ecuatoriano.
El rojo: representa la sangre vertida por nuestros héroes que nos legaron
Patria y Libertad.
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4. Nuestro escudo pasó por cinco procesos, desde la proclamación de la Independencia
de Guayaquil, 9 de octubre de 1820, hasta cuando fue Presidente de la República el
Gral. Eloy Alfaro, en el 1900.
El escudo de armas del Ecuador tiene los siguientes símbolos:
El cóndor, que lo corona, es emblema de poderío, valor y pujanza.
El sol de oro, está en el centro de la bandera con los signos del zodíaco, representando
a Aries, Tauro, Géminis y Cáncer correspondientes a los meses de marzo, abril, mayo y
junio, lapso que duró la lucha contra el Gral. Juan José Flores.
El monte simboliza el grandioso Chimborazo; el río que nace de él representa al
Guayas.
El buque que surca las aguas igualmente se llama Guayas, considerado la primera
nave construida en América del Sur y la primera en recorrer ríos sudamericanos desde
1841.
El buque y el caduceo (vara rodeada de dos sierpes y coronada con un petaso o
sombrero con alas), simbolizan los medios de locomoción, la paz y el comercio que se
desarrollan en el país.
Las ramas de palma y laurel recuerdan la paz y las glorias de la nación; los haces
consulares, la dignidad republicana.
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6. El actual Himno Nacional del Ecuador, cuyos
autores fueron el poeta ambateño Juan León
Mera Martínez (1832-1894) y el músico de
origen francés Antonio Neumane Marno (1818-
1871), tuvo algunos proyectos de reforma
hasta alcanzar su fijación definitiva e
intangibilidad.
Además hay que recordar que hubo otros
intentos por dotar al país de una Canción
Nacional. Revisemos entonces los personajes y
distintas épocas que aparecieron a lo largo de
la interesante historia de nuestro símbolo
patrio.
7. Coro libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
¡Salve oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria! de impotencia y despecho rugir.
¡gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
mas que el sol contemplamos lucir. Cedió al fin a fiereza española,
y hoy, oh Patria, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
Indignados tus hijos del yugo que nos dio, el heroísmo feliz;
que te impuso la ibérica audacia, de las manos paternas la hubimos;
de la injusta y horrenda desgracia nadie intente arrancárnosla ahora,
que pesaba fatal sobre ti, ni nuestra ira excitar vengadora
santa voz a los cielos alzaron, quiera, necio o audaz, contra sí.
voz de noble y sin par juramento
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil. Nadie, oh Patria, no intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran
y el valor y el orgullo que inspiran
Los primeros los hijos del suelo son augurios de triunfos por ti.
que, soberbio; el Pichincha decora Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
te aclamaron por siempre señora que a la idea de guerra, y venganza
y vertieron su sangre por ti. se despierta la heroica pujanza
Dios miró y aceptó el holocausto, que hizo al fiero español sucumbir.
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito; el mundo
vio en tu torno a millares surgir. Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
¡gran Pichincha! prevén tú la muerte
De estos héroes al brazo de hierro de la Patria y sus hijos al fin:
nada tuvo invencible la tierra, hunde al punto en tus hondas extrañas
y del valle a la altísima sierra cuanto existe en tu tierra: el tirano
se escuchaba el fragor de la lid; huelle sólo cenizas y en vano
tras la lid la victoria volaba, busque rastro de ser junto a ti.