La estrella que guiaba a los Reyes Magos dejó de brillar repentinamente en el cielo nocturno, dejándolos confundidos sobre su destino. Después de buscar en vano durante días, finalmente encontraron a un anciano sabio que les explicó que la estrella había cumplido su propósito al llevarlos hasta Jesús, y que ahora debían seguir sus corazones para continuar su viaje y encontrar al niño.