1. EL CORTIJO
Juan era un niño de nueve años. Su estatura es normal, de
aspecto fuerte, ojos oscuros y pelo claro. Juan solo vivía con su
padre en un cortijo. Su padre trabajaba en una huerta y Juan le
ayudaba. Un día su padre le dijo:
-Juan, vete al pueblo a por pan.
Juan le respondió:
-Vale, no tardo.
El padre de Juan no tenía mucho dinero. A penas tenía nada
sembrado. Su padre también trabajaba en la calle como barrendero.
Cuando venía su padre de trabajar Juan le contestaba:
-Papá, vete a la cama que estás muy cansado.
Su padre le respondía:
-No estoy cansado.
Juan viendo a su padre tan cansado fue al pueblo a pedir
trabajo. Juan decía por las calles:
-Busco trabajo para ayudar a mi papá.
Una mujer salió de su casa y le dijo:
-Si quieres trabajo yo te puedo dar.
Juan le contestó:
-Vale, dígame de que se trata.
Pasaron siete años y Juan ya tenía 16 años. De los siete años
que habían pasado trabajando día y noche.
Juan tenía dinero ahorrado pero no lo suficiente para mudarse
a una casa mejor. Juan pensó en echar un número de la lotería.
Entonces fue a comprarlo. Después de que pasaron dos semanas
desde que fueran a echarla a Juan y a su padre le tocó el gordo.
Se fueron a vivir a otra casa y nunca más pasaron hambre.
2. LA CASA ENCANTADA
Javier, Pedro y Yésica eran hermanos y se parecían mucho
los tres. Tenían el pelo castaño. Yésica tenía los ojos azul verdoso.
Javier tenía los ojos muy verdes y Pedro los tenía marrones claros.
Los tres tenían 12 años.
Un día se mudaron a un pueblo llamado Fary oak que significa
(Roble Encantado). Pero a la casa de enfrente le ocurría algo. Aquí
empieza la historia.
Una mañana Pedro se despierta escuchando ruidos extraños.
Entonces despierta a Yésica y los dos despiertan a Javier. Después
de desayunar salieron a investigar. Pero... Ya sabían lo que era ¡La
casa del frente! En esa casa vivía un anciano muy gruñón. Cada
vez que se caía un balón a su césped lo recogía y nunca se
devolvía al niño qué se le había caído.
Un día el anciano tuvo un infarto y... descubrieron que la casa
estaba viva porque se le abrían y cerraban las ventanas. Lo que
estoy contando se desarrolla en 2012, el 10 de octubre. Siguiendo
con la historia. Un día los tres a la vez muy asustados le dijeron a
sus padres esto:
- ¡Papá, mamá, la casa de enfrente está encantada!
Pero sus padres no les creían. Les decían que eso era
imposible. A la mañana siguiente cogieron pistolas de agua con luz
y linternas y con horquilla de Yésica abrieron la puerta. De repente
se cerró cuando entraron. El anciano volvió a su casa y... ¡ellos
estaban dentro!
De repente se abrió un roto en el suelo y bajaron al sótano
donde guardaba los juguetes. Luego encontraron el esqueleto de la
mujer del anciano la historia es así. Estaban haciendo la casa y se
cayó la mujer. Entonces, de repente, la casa ya no estaba
encantada.
3. EL TREN DESCARRILADO
Érase una vez un niño llamado Wiliam. Tenía diez años. Era
pobre y también su familia. Un día empezó la guerra y Wiliam se
tuvo que ir de su pueblo. Wiliam dijo:
- Os echaré de menos. Adiós.
Su padre y su madre dijeron:
- Adiós hijo. Nosotros también te echaremos de menos.
Wiliam se montó en el tren que lo llevaría a otro lugar.
Entonces, una hora después el tren se descarrilo. Y Wiliam saltó a
tiempo para no morir. Al saltar se encontró un chico gravemente
herido. El chico dijo:
- Hola, me llamo Maikel e iba en el tren. ¿Cómo te llamas tú?
Wiliam respondió:
-Me llamo Wiliam y también iba en el tren. ¿Qué te ha
pasado?
Maikel respondió:
- Al saltar caí sobre unas piedras.
Wiliam dijo:
- ¿Te duele?
Maikel respondió:
- Un poco.
Wiliam dijo:
- Yo te llevaré.
Maikel dijo:
- Gracias.
Y tras caminar varios días. Encontraron un prado con una
gran catarata. Se quedaron allí para siempre.