Vladimir Putin nota que la mayoría de los cubanos tienen los zapatos rotos durante una visita a Cuba y le pregunta a Fidel cómo es posible después de 50 años de Revolución. Fidel se molesta y le pregunta si en Rusia están mejor, retándolo a llevarlo allí. Putin acepta el reto y le dice a Fidel que puede ir a Rusia y matar a cualquiera que vea con zapatos rotos. Viajan a Moscú donde Fidel inmediatamente mata a un hombre con zapatos rotos, resultando ser el embajador cubano.