¿Realmente hablamos con nuestros hijos, con nuestros alumnos, de todo aquello que conllevaría la lucha por conseguir aquello que les viene negado? Un mundo mejor, en paz, un mundo donde convivan de la mano las culturas y las religiones... Un mundo donde la Carta de la Declaración de lo Derechos Humanos llegue a todos los buzones, donde los que más tenemos sintamos que podemos y debemos ayudar a los más necesitados... Un mundo sostenible, donde la naturaleza pueda volver a sobrevivir sin depender del "hombre". Un mundo... Y, ¿qué piensan nuestros hijos, nuestros alumnos? ¿Les hablamos alguna vez? ¿Encaramos nunca esos temas con ellos con una mínimo de profundidad? ¿Quizás con alguna continuidad? Nos preocupamos mucho, lo sé, por construir su futuro académico, profesional... Y, ¿que pasa con su educación humanística?