1. EL TREN DE LA VIDA Hace algún tiempo, leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Me pareció una historia curiosa e interesante. Y pensé que, en realidad, la vida se parece mucho a eso: a un viaje en tren.
2. Un viaje repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques y de profundas tristezas en otros, de encuentros y desencuentros...
3. Es como si, al nacer, nos subieran a un tren y nos encontráramos con personas que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres.
4. Lamentablemente, la verdad es otra. Ellos se bajarán antes en alguna estación dejándonos sin su cariño, su amistad y su compañía.
5. Pero antes habrán subido otras personas que serán muy especiales para nosotros.
7. De las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como un simple paseo.
8. Otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje… Y habrá algunos que, circulando en ese tren, estarán siempre listos para ayudar a quien lo necesite.
9. Muchos, al bajar, dejan un vacío que nunca será ocupado… Otros pasan tan inadvertidos que ni siquiera nos damos cuenta de que dejaron el asiento libre.
10. Es curioso constatar que algunos pasajeros, que pueden llegar a sernos muy queridos, viajan en vagones distintos al nuestro. Y hacemos gran parte del trayecto separados de ellos. Aunque no se nos impide que durante el viaje recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos...
11. Pero ya no podremos sentarnos a su lado: habrá otra persona ocupando el asiento.
12. Así es nuestro viaje: un recorrido lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas, despedidas... Nunca regresos. Hagamos, pues, de este viaje algo que merezca la pena.
13. Tratemos de relacionarnos con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo que tenga de positivo.
14. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos o nosotros podremos titubear y probablemente precisaremos entendernos…
15. Todos pasaremos situaciones por las que necesitaremos ser escuchados...
16. El gran misterio, en fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos, ni dónde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado a nuestro a lado...
17. Me quedo pensando si cuando me toque bajar del tren sentiré, sentiría nostalgia. Creo que sí... Separarme de los amigos que hice en el viaje sería doloroso. Dejar que los seres queridos sigan solos, sería muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que su viaje será largo y también encontrarán a otros amigos, vivirán otras historias y tendrán los que les acompañen hasta el final de su recorrido...
18. Lo que me hace sentirme feliz es pensar que colaboré en que el equipaje creciera y se hiciera más valioso.
19. Es bueno intentar que nuestro viaje en este tren sea tranquilo y merezca la pena. Y que hagamos por que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío deje recuerdos, buenos recuerdos a los que continúen el viaje.
20. Un abrazo a cada uno de vosotros y... ¡FELIZ VIAJE!