1. El niño odiado
Érase una vez un niño llamado Fausto, que era
muy, muy rico; vivía en un palacio, en una
ciudad muy pobre llamada Colbeceldon.
El niño se traslado a otra ciudad, llamada
Mayumanaton; conoció a unos niños y ellos
querían ser sus amigos, pero Fausto les
ignoraba.
Hasta que un día Fausto se sintió solo; fue a
saludar a aquellos que ignoraba, pero le dijeron
los niños:
− ¡Lárgate!
2. Dijo Fausto:
− Pero, ¿por qué me han dicho tal cosa?; ¿qué
les he hecho yo?
Al día siguiente les dijo:
− ¿Por qué me tratáis así?
Los niños dijeron:
− ¡Porque tú nos ignorabas!
Pasaron días y meses, y todos recapacitaron.
Fausto fue mas sincero y dio a Colbeceldon
parte de su riqueza. Los niños, al enterarse de
eso, se dieron cuenta de que Fausto era
simpático. Los niños y él se conocieron mejor.
Creación de Cristian.