PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR-CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Hoja jp diciembre 2019
1. 1
VIVIMOS DEL AGUA
El primer signo de la revelación de
Dios y el primer signo de la Alianza
de Dios con el ser humano es la
creación, de la cual los océanos re-
presentan el 99% del espacio habi-
table del plantea y proporcionan
más del 70% del oxígeno que respi-
ramos (una de cada dos respiracio-
nes la hacemos gracias al oxígeno
creado por los organismos mari-
nos). Los mares del planeta contie-
nen el 97% del agua de la tierra y
una persona de cada dos vive gra-
cias a los océanos. Esta inmensidad
de agua, “hermana agua”, “útil, hu-
milde y preciosa y casta”, pulmón
de nuestro planeta –sobre explota-
da en la pesca, sobre contaminada,
en crisis profunda-, es una de las
últimas prioridades en cuanto a su
conservación por parte de la socie-
dad global. En su video mensual del
mes de septiembre 2019, el Papa
Francisco nos exhortó a rezar para
la protección de los océanos y des-
tacó nuestra responsabilidad indivi-
dual y común porque “nuestra soli-
daridad con la ‘casa común’ nace de
nuestra fe”. “Y bendíjolos Dios, y
díjoles Dios: Sed fecundos y multi-
plicaos y henchid la tierra y some-
tedla; mandad en los peces del mar
y en las aves de los cielos y en todo
animal que serpea sobre la tierra”
(Gen 1, 28).
EL MAR: GESTIÓN Y PROTECCIÓN
Comisión interfranciscana de
Justicia y Paz
e integridad de la Creación
DICIEMBRE 2019
2. 2
CRISIS DE LOS MARES
No hay vida sin agua. El premio No-
bel Albert Szent-Györgyi se refirió
al agua como la madre y el útero de
la vida. La primera y la última pági-
na de la Biblia ponen el agua como
elemento dominante. Es como si
quisieran decirnos que toda la his-
toria de la tierra, desde su comien-
zo hasta el final está regida por la
criatura agua. Al hablarnos de la
creación el autor sagrado nos dice
que “el Espíritu de Dios aleteaba
sobre las aguas” (Gen 1,2) para fe-
cundarlas y darles el poder de que
de ellas surgiera la vida. Las pri-
meras obras de la creación tienen
por centro el agua. Pero la situa-
ción de los océanos nunca ha sido
tan peligrosa como ahora, viéndose
en crisis a causa de:
• La contaminación, en especial los
plásticos
• El aumento de la pesca insoste-
nible, excesiva e ilegal
• El ruido subacuático
• Los efectos del cambio climático
• La acidificación de los océanos
Un 90% de los peces en el Medite-
rráneo están sobreexplotados. En
España se prima la urbanización
del litoral en lugar de proteger los
ecosistemas costeros. En España
solo tenemos protegido un 8% de
nuestras aguas y la degradación de
nuestros mares es casi imparable.
HERMANDAD UNIVERSAL
La hermandad universal de Fran-
cisco con todas las criaturas tiene
sus raíces en Jesucristo y por ende
Francisco se sentía unido al resto
de las criaturas del mismo creador.
Toda criatura por pequeña que fue-
re era para él un signo sacramental
del amor, bondad, belleza y sabidu-
ría de Dios.
«Mirad las aves del cielo: no siem-
bran, ni cosechan ni recogen en
graneros; y vuestro Padre Celestial
las alimenta... Observad los lirios
del campo, cómo crecen; no se fati-
gan ni hilan. Pero yo os digo que ni
Salomón, en toda su gloria, se vistió
como uno de ellos» (Mt 6,26-28).
Cuando leemos este pasaje nos
damos cuenta de hasta qué medida
se dejó guiar Francisco por ella.
Desde nuestro punto de vista mo-
derno deberíamos tomar conciencia
de que la situación de nuestros
océanos y de las criaturas marinas
debe formar en cada uno de noso-
tros una responsabilidad cristiana y
que bajo ningún concepto deben
verse los océanos todavía más em-
peorados de la ya de sí grave situa-
ción actual por culpa nuestra.
A este respecto dice el Catecismo
Católico: “Con nuestro estilo perso-
nal de vida podemos hacer mucho
para disminuir los daños al medio
ambiente y evitar mayores males.
Cada uno de nosotros puede hacer
algo respecto de los desechos, del
agotamiento de las materias pri-
3. 3
mas, de la polución de las aguas y
del aire, de la contaminación del
paisaje… Lo poco que tú puedas ha-
cer, es ya mucho (Albert Schwe-
itzer)”.
LO QUE PODEMOS HACER
• No compres agua embotellada ni
cualquier producto envasado en
plástico. Solo se recicla un 7% de
las botellas plásticas a nivel glo-
bal. Según la ONU, el 80% de la
basura plástica en los océanos
llega desde la tierra. Los peces
que consumimos están consu-
miendo a su vez el plástico que
se vierte en los mares. Tanto los
micro plásticos como plásticos
íntegros provocan la muerte de
alrededor de 100.000 especies
marinas cada año
• No compres platos, cubiertos,
pajitas de beber de plástico. A
partir del 2021 estos productos
se prohibirán.
• Recoge basura cada vez que va-
yas a la playa, con tu familia y
amigos; es un gesto de amor y de
concienciación, o participa en
limpiezas de playa organizadas.
• Apuesta por la agricultura orgá-
nica que no hace uso de fertili-
zantes, pesticidas, pues estos
componentes químicos acaban en
el mar envenenando a la vida
marina.
• No tires toallitas, medicamentos,
hilo dental, arena para gatos, in-
secticidas, aceite vegetal, pintura,
tampones y compresas por el
desagüe. Todos estos productos
contaminan los mares y envene-
nan a la vida marina.
• Come menos pescado y marisco
y preocúpate de que sean frescos
y locales. Infórmate de si han si-
do criados de manera ética y
sostenible, que protege el ecosis-
tema del océano.
• No utilizar los jet skis acuáticos
motorizados. La contaminación
acústica marina provoca entre
otras cosas, daños graves al teji-
do corporal y auditivo de las es-
pecies marinas, produciendo
desorientación, asfixia en algu-
nas especies, estrés, embolis-
mos, alteración respiratoria, re-
ducción de viabilidad reproducti-
va.
«DIOS VIO QUE ERA BUENO»
(GEN 1,25)
La mirada de Dios, al comienzo de
la Biblia, se fija en la creación. “En
la raíz, hemos olvidado quiénes
somos: criaturas a imagen de Dios
(Gen 1,27), llamadas a vivir como
hermanos y hermanas en la misma
casa común. No fuimos creados pa-
ra ser individuos que mangonean;
fuimos pensados y deseados en el
centro de una red de vida compues-
ta por millones de especies unidas
amorosamente por nuestro Crea-
dor.
4. 4
Es la hora de redescubrir nuestra vocación como hijos de Dios, hermanos entre
nosotros, custodios de la creación. Es el momento de arrepentirse y convertirse,
de volver a las raíces: somos las criaturas predilectas de Dios, quien en su bon-
dad nos llama a amar la vida y vivirla en comunión, conectados con la creación”
(Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el cuidado
de la Creación, 1 de septiembre 2019).
y no olvides...
Comisión interfranciscana de
Justicia y Paz
e integridad de la Creación