1. La gabardina es una prenda de tendencia
Nadie podrá negar que la gabardina ha sido y sigue siendo una prenda de tendencia. De hecho,
es la prenda por excelencia de las épocas primaverales y otoñales, porque es perfecta para las
lluvias, aparte de ser un complemento magnífico.
A finales del siglo XIX, el diseñador Thomas Burberry, patentó la tela de gabardina, una tela
impermeable y ligera. Inicialmente era una prenda de soldados, pero en el Hollywood de la
década de los 30, los actores masculinos comenzaron a utilizarla en las películas. Fue una
prenda sofisticada, que llevaban los hombres galanes de la época. Pero a pesar de que fuese
una prenda para hombres, las mujeres poco a poco la convertimos en nuestra, dándole un
toque clásico, femenino y elegante.
Las primeras gabardinas, o por así decirlo las gabardinas clásicas, siempre han sido y siguen
siendo la mismas, la diseñada por Burberry, en tono beige, con botones y cinturón, largo hasta
la rodilla y unas grandes solapas. Desde luego es un icono la gabardina clásica, es sencilla,
refinada y nunca pasa de moda. A parte, al ser simple, permite combinarla con múltiples
estilos de ropa y complementos. Nadie olvidaremos la escena final de “Desayuno con
Diamantes”, en que Audrey Hepburn buscaba a su gato por la calle mientras llovía a cántaros,
y simplemente llevaba unos zapatos de tacón bajo en negro, y una gabardina clásica beige
anudada a la cintura. Nadie podrá negar que iba sencilla, elegante y distinguida.
A raíz de los años 60, vino la revolución de colores, el largo de las faldas, y por supuesto las
gabardinas no se quedaron atrás. De hecho, las gabardinas tipo años 60, también son llamadas
gabardinas “estilo parisino”, ya que comenzaron a llevarlas las actrices francesas de la época,
como Catherine Deneuve. Este tipo de gabardinas es distinto a la gabardina clásica, ya que no
dispone de solapas, sino que tiene cuello redondo. Su forma es acampanada, a diferencia de la
clásica que es más bien recta. El cierre suele ser con botones o con corchetes, pero nunca con
cinturón, ya que la gracia de esta prenda es su corte acampanado. El largo es más corto que las
clásicas, siendo por encima de la rodilla o incluso más corto aún, y las mangas suelen ser
francesas, no largas.
Este tipo de gabardinas de estilo parisino comenzó muy fuerte en los 60, pero actualmente nos
encontramos en la era de “todo vale y todo vuelve”, por lo que se ha convertido en otro
básico, a parte de la gabardina clásica. Además, puedes disponer de ambas, ya que la clásica
siempre es beige, pero la parisina puedes tenerla en rosa, o blanco o azul, o incluso en un color
cítrico, ya que al tener un estilo más desenfadado, permite múltiples colores y estampados.
Por ello, si no tenéis ya una gabardina, no dudéis en compraros una, pero siempre de buena
calidad, ya que os durará muchas temporadas como el primer día.
A continuación os dejamos el enlace de una tienda española online, donde podréis encontrar
varios tipos de gabardinas, todas ellas de marcas francesas e italianas, con muy buena calidad
y precios más que competitivos: http://www.troche-moche.com/