La ciudad de Pompeya en el siglo I estaba poblada por unos 20,000 ciudadanos, de los cuales 8,000 eran esclavos. La vida cotidiana incluía baños públicos lujosos, foros para reuniones y educación diaria excepto los días festivos y de mercado. El 24 de agosto de 79 d.C., la erupción del Vesubio sorprendió a los habitantes y enterró la ciudad bajo 4 metros de ceniza volcánica, preservando así la mejor muestra de una ciudad romana de la época.