Corea del Norte realizó una segunda prueba nuclear para fortalecer su poder disuasorio, que superó ligeramente la bomba de Hiroshima. Esto provocó la condena de la ONU, EE.UU. y la UE, así como la movilización del ejército surcoreano y el lanzamiento de misiles norcoreanos. El presidente estadounidense pidió una respuesta conjunta al ensayo nuclear de Corea del Norte.