El documento describe la escultura de Miguel Ángel La Piedad, que representa a la Virgen María sosteniendo el cuerpo de Cristo después de su crucifixión. Destaca la belleza y realismo de los cuerpos, así como la juventud y armonía en las caras de María y Jesús. También menciona que Miguel Ángel esculpió a María joven para representar la eternidad, y que fotografiar la escultura cambió la vida del fotógrafo Robert Hupka por su gran belleza.