Roma se convirtió en una república después de derrocar a sus reyes en el siglo V a.C. La República romana duró más de 450 años y se caracterizó por tener dos cónsules elegidos anualmente que compartían el poder ejecutivo, y un Senado que aprobaba las leyes y dirigía la política exterior. La expansión militar romana durante este periodo llevó a Roma a dominar la cuenca del Mediterráneo y a convertirse en la potencia dominante del mundo antiguo.