1. LA NARCO GUERRA EN MEXICO Y LO QUE PASA EN BOLIVIA
Los gobiernos para combatir exitosamente las actividades delictivas que actúan ocultas,
mimetizadas en la sociedad, como ser: terrorismo, narcotráfico, tráfico de personas,
prostitución, Etc. necesitan un eficiente servicio de inteligencia. Un servicio de esta
calidad debe ser el principal esfuerzo en una estrategia diseñada para combatir cualquiera
de estos males.
Un 95% es inteligencia, el resto es la operación policial para capturar a los delincuentes, el
narcotráfico no se lo combate mediante el empleo de grandes efectivos policiales y
militares en las calles como se observa en los noticiosos en Ciudad Juárez, porque estos
pueden lucir como gigantes ciegos, que hacen más daño que bien, uno de esos males es
bajar la moral de la población cuando observa tanto despliegue inútil de la fuerza. Pero hay
excepciones, como lo que está pasando en Río de Janeiro, Brasil, donde, ante la magnitud
del oponente, que está plenamente identificado, ubicado en diferentes favelas, donde está
atrincherado, en este caso es necesario actuar con centenares de efectivos apoyados por
carros blindados y helicópteros, esto ya es una amenaza mayor por que han “conquistado”
su propio territorio. Ya no están ocultos porque no le temen al poder del Estado. Sin
embargo, previo a esas importantes operaciones contra el narcotráfico ha tenido que
producirse un trabajo minucioso de inteligencia, de parte de los organismos encargados de
reprimirlos
La tragedia en México es que estos servicios de inteligencia no funcionan eficientemente
porque, podrían estar contaminados, infiltrados por las mafias y presionados por políticos
corruptos y poderosos. Cuando el personal de estos servicios se contamina, es más
peligroso que las mismas mafias porque, informan a los dos lados, a parte de de ser
ineficientes delinquen, asesinan, secuestran, coaccionan, para protegerse, para amedrentar,
para que la gente les tema y guarde silencio, echándoles la culpa de sus delitos, en muchos
casos, a los mismos mafiosos, actúan impunemente. Reciben poder y prestigio del
Estado, bienestar económico mediante sueldos y bonos, pero, también dinero del
narcotráfico por la cobertura que les dan, por todo aquello resultan más peligrosos que las
mismas mafias, porque están ocultos y protegidos por un manto de la legalidad.
El problema en México es que, aparentemente ningún gobierno antes del actual, se
preocupó por el flagelo del narcotráfico, este llegó a crecer tanto, bajo la sombra de
políticos y policías corruptos, que ahora que existe un gobierno decidido a darles lucha, las
mafias del narcotráfico se muestran de cuerpo entero, con mucho que perder, como una
amenaza cierta a la Seguridad del Estado mexicano, dispuestos a defender con sangre y
fuego el poder y la riqueza que lograron obtener delinquiendo impunemente.
El Gobierno de México va a ganar esta guerra cuando monte un buen servicio de
inteligencia, protegido de políticos corruptos y libre de policías mafiosos.
En nuestro país la cosa no está bien, porque los bolivianos que estamos mas o menos
informados sabemos que, el Arzobispo Solari a dicho sólo la verdad, cuando en días
pasados denunció el problema de los adolescentes que emplea el narcotráfico en el
Chapare en algunas actividades.
Este problema a futuro podría ser peor para nosotros que el de México, o derepente
ya lo es, porque el territorio de ese país es sólo un puente para llevar la cocaína a los
EE.UU., en cambio en Bolivia, en la actualidad el narcotráfico pareciera que:
2. • Tiene cobertura política y aliados muy poderosos tales como algún gobierno de
Latino América y la narcoguerrilla extranjera.
• Los narcococaleros son los principales aliados del Gobierno Nacional. La opinión
pública nacional lo sabe.
• El Presidente de la República, es Presidente de las federaciones de narcocaleros.
Más del 90% de la coca que producen estas federaciones en el Chapare, va al
narcotráfico. La opinión pública nacional lo sabe.
• En el territorio boliviano, se siembra coca, los precursores ingresan por casi
cualquier parte de las cinco fronteras, y, se fabrica y cristaliza cocaína.
• Los narcocaleros son un supra poder político y el Chapare, es el paraíso del
narcotráfico, tiene un status diferente al resto del territorio nacional, porque el
gobierno son ellos. En el Chapare mandan los narcocaleros y si se les ocurre pueden
bloquear la soya, el arroz, el azúcar Etc. Alimentos que van desde Santa Cruz al
Occidente y al exterior del país como exportación.
• El Chapare es mucho mas grande que una Fabela de Río de Janeiro.
• La opinión pública internacional y ciertas instituciones como la OEA y ONASUR.
actúan como si no supieran lo que pasa en Bolivia, simulan creer el cuento de la
“Pachamama”, cuando la fabricación de cocaína degrada la tierra. Con su silencio
lucen como encubridores.
• La Policía Nacional, nuestra policía, sin el contrapeso de la DEA, sin el control de
otra institución, podría estar peor que la de Ciudad Juárez.
Estamos servidos. Cuando nuestro país tenga otro gobierno decidido a acabar con la
lacra del narcotráfico, recién vamos a saber si estamos iguales o peor que México.
Esta mañana, lunes 29 de noviembre, hemos podido ver en los noticiosos de la TV, con
impotencia, que los narcocaleros han emitido un documento amenazando al Arzobispo
Solari, amenazando a la iglesia Católica, por denunciar algo que saben muchos
bolivianos que es cierto, han acusado a la Iglesia de proteger a los ricos y no a los pobres,
cuando la iglesia al hacer la denuncia está preocupada por pobres y ricos, eso es solamente
una pequeña muestra del poder de estos individuos. Los narcococaleros no son pobres y si
algunos lucen como tales, es porque no saben vivir.
Dicen que la persona que enferma de cólera es porque de alguna manera consumió eses
fecales. Hay sociedades que se acostumbran a vivir entre la inmundicia, esta se vuelve parte
de su vida cotidiana, se acostumbran sin darse cuenta, cuando reaccionan, a veces, es tarde
y cuesta mucho erradicar esa inmundicia.
¡Ojala no nos enfermemos de cólera todos los bolivianos¡
Atte.
Ismael Schabib Montero.
VICEALMIRANTE DE LA REPUBLICA
Nota.- El autor de este Artículo trabajó cuatro años en una Unidad Militar que da apoyo
logístico a UMOPAR, en la lucha contra el narcotráfico.