1. Cinderella perdida
Érase una vez una niña
llamada Cinderella. Su
pelo era suave como una
nube; su piel, morena. En
su pueblo era muy
famosa porque era muy
amable. Su padre un día le
mandó, a Cinderella, a buscar
frutas. Cogió su cesta y su gorra
y se fue. Fue y fue caminando,
cuando se dio cuenta, se perdió.
Pero donde llegó había mucha
fruta. “Una, dos, tres, cuatro, ...”
hasta veinte frutas recogió.
“¿Pero cómo vuelvo a casa?” .
“¡Sobre mis pasos, no!”. Y fue
caminando y vio
una pequeña
casita.
-Tengo mucha
hambre. Me
comeré una fruta.
Y entró en la casa
con duda, pensando dónde
2. estaría su propietario. Y se echó
un poco cuando vino su
propietario y la vio... ¡Era su
padre! ¡Estaba en casa!
María Sosa Suárez, 4º B, curso 2009-10