1. El deterioro del ambiente está directamente relacionado con la forma en que un país desarrolla
sus actividades económicas y con los procedimientos que emplea para explotar sus recursos
naturales.
Es adecuado cortar árboles para obtener madera y fabricar muebles que nos hagan la vida
más cómoda, aunque deben sembrarse nuevos árboles a fin de reponer la riqueza forestal y
respetar el hábitat natural de los animales, conservar bosques y selvas, que son riqueza de los
mexicanos y patrimonio de los habitantes del mundo.
México es un país rico en recursos naturales, pero todos están en peligro de extinción.
El suelo ha perdido sus nutrientes a causa de la práctica de los monocultivos; por otro lado, la tala excesiva
e irresponsable está acabando con los bosques y las selvas, la producción de petróleo y la explotación de
minerales —realizada sin normas rigurosas de control—contaminan el ambiente, agotan los recursos,
convirtiéndose en un riesgo para los trabajadores y habitantes de las localidades donde se realizan estas
actividades.
Por otra parte, hay recursos de gran riqueza que no se aprovechan, como la pesca en los mares, en los
ríos y lagos de nuestro país.
La contaminación es un fenómeno que se deriva de las grandes concentraciones de población.
Mil o dos mil personas pueden vivir juntas sin deteriorar su ambiente, sin embargo, las actividades
industriales, comerciales y de transporte que se requieren para satisfacer las necesidades de 18 millones de
habitantes, causan un desequilibrio que puede llegar a ser irreversible, poniendo en peligro la supervivencia y
salud de las propias personas que se reunieron para alcanzar un mejor nivel de vida.