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Érase una vez un gran violinista llamado PAGANINI Algunos decían que era un poco extraño Otros, que parecía sobrenatural
Las notas que salían de su violín tenían un sonido mágico, diferente. Por eso nadie quería perderse la oportunidad de oírle tocar.
Se dice que una de tantas veces que el público abarrotaba el auditorio dispuesto a escucharlo, ocurrió lo que ahora contamos. El concierto iba a comenzar. En primer lugar hizo aparición la orquesta.  El público aplaudió. Después apareció el director y fue recibido con una ovación. Pero cuando Paganini hizo su entrada, el público aplaudía incesantemente
Breves y semibreves, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecían tener alas y volar con la caricia de sus dedos encantados. Paganini colocó su violín en el hombro y comenzó su interpretación. Lo que se escuchaba era indescriptible.
De repente, un sonido extraño surgió del violín.  Una de sus cuerdas se había roto. El director paró. La orquestra paró. El público se sobrecogió. Pero Paganini no paró. Mirando a la partitura, continuó arrancando notas a su violín defectuoso. El público quedó asombrado.
Antes de que el público saliera de su asombro  otro sonido perturbador captó la atención de los asistentes. El maestro y la orquesta, asombrados, volvieron a tocar. Otra cuerda del violín de Paganini se había roto. El director paró nuevamente. La orquesta paró nuevamente Pero Paganini no detuvo su interpretación.
Como si nada hubiese sucedido, se olvidó de las dificultades y continuó extrayendo  sonidos de lo imposible. El director y la orquesta, impresionados volvieron a tocar. No obstante, lo más sorprendente estaba por suceder.
Parecía increíble: Una tercera cuerda del violín de Paganini también se rompió. El director se paralizó. La orquesta paró. El público contenía la respiración. Pero Paganini continuó. Como si fuese un contorsionista musical, seguía arrancando maravillosos sonidos de la única cuerda que quedaba en su violín.
Ninguna nota faltó en la melodía El director reanudó su tarea y la orquesta le siguió entusiasmada.
El público salió de su silencio y comenzó a aplaudir frenéticamente. Paganini, a pesar de los problemas, cerraba otra noche de gloria.  Era, sencillamente genial. Este es el símbolo del profesional que continúa adelante a pesar de las dificultades.
Moraleja de la Historia Desconozco los problemas que puedes estar teniendo o los que te vas a encontrar. Pueden ser problemas personales, conyugales, familiares,... No sé lo que puede estar afectando a tu estima o tu desempeño profesional Pero sí sé una cosa. Nada está perdido. Todavía te queda una cuerda. Con ella podrás alcanzar el éxito. Toca tu melodía con ella y verás los resultados.
Aprende a aceptar que la vida siempre te dejará una última cuerda. Cuando estés desanimado, nunca desistas. Aún existirá la cuerda de la persistencia inteligente. Esa que te permite intentarlo otra vez más. La que te permite dar un paso más  con una perspectiva nueva. Despierta el Paganini que existe dentro de ti y lucha para triunfar. El éxito es el arte de continuar, donde los otros han decidido parar.
Cuando todo parezca desmoronarse, bríndate una oportunidad y continúa hacia adelante. Toca la cuerda de la motivación y arráncale sonidos  mágicos, sonidos positivos.  Pero antes pregúntate: ¿ Quién motiva al motivador? ¿ Quién motiva a tu cerebro?. ¿Qué mueve tu mano?. ¿Qué toca tu violín? No te frustres, no te desesperes, recuerda:  aún existe la última cuerda. La cuerda del “aprender de nuevo” para deslumbrar y generar soluciones.
La vida no te romperá todas las cuerdas.  Si los resultados no son los que esperabas, es tu oportunidad de tocar la última cuerda, la de la imaginación que reinventa el futuro con ilusión renovada y con nuevas esperanzas. La úlitma cuerda, la olvidada  es la que te dará el mejor resultado. Si por casualidad, estuvieras en el fondo del pozo, piensa que ha llegado la oportunidad de tocar con la mejor cuerda del universo.  Se llama CONFIANZA EN TÍ

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  • 1. Érase una vez un gran violinista llamado PAGANINI Algunos decían que era un poco extraño Otros, que parecía sobrenatural
  • 2. Las notas que salían de su violín tenían un sonido mágico, diferente. Por eso nadie quería perderse la oportunidad de oírle tocar.
  • 3. Se dice que una de tantas veces que el público abarrotaba el auditorio dispuesto a escucharlo, ocurrió lo que ahora contamos. El concierto iba a comenzar. En primer lugar hizo aparición la orquesta. El público aplaudió. Después apareció el director y fue recibido con una ovación. Pero cuando Paganini hizo su entrada, el público aplaudía incesantemente
  • 4. Breves y semibreves, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecían tener alas y volar con la caricia de sus dedos encantados. Paganini colocó su violín en el hombro y comenzó su interpretación. Lo que se escuchaba era indescriptible.
  • 5. De repente, un sonido extraño surgió del violín. Una de sus cuerdas se había roto. El director paró. La orquestra paró. El público se sobrecogió. Pero Paganini no paró. Mirando a la partitura, continuó arrancando notas a su violín defectuoso. El público quedó asombrado.
  • 6. Antes de que el público saliera de su asombro otro sonido perturbador captó la atención de los asistentes. El maestro y la orquesta, asombrados, volvieron a tocar. Otra cuerda del violín de Paganini se había roto. El director paró nuevamente. La orquesta paró nuevamente Pero Paganini no detuvo su interpretación.
  • 7. Como si nada hubiese sucedido, se olvidó de las dificultades y continuó extrayendo sonidos de lo imposible. El director y la orquesta, impresionados volvieron a tocar. No obstante, lo más sorprendente estaba por suceder.
  • 8. Parecía increíble: Una tercera cuerda del violín de Paganini también se rompió. El director se paralizó. La orquesta paró. El público contenía la respiración. Pero Paganini continuó. Como si fuese un contorsionista musical, seguía arrancando maravillosos sonidos de la única cuerda que quedaba en su violín.
  • 9. Ninguna nota faltó en la melodía El director reanudó su tarea y la orquesta le siguió entusiasmada.
  • 10. El público salió de su silencio y comenzó a aplaudir frenéticamente. Paganini, a pesar de los problemas, cerraba otra noche de gloria. Era, sencillamente genial. Este es el símbolo del profesional que continúa adelante a pesar de las dificultades.
  • 11. Moraleja de la Historia Desconozco los problemas que puedes estar teniendo o los que te vas a encontrar. Pueden ser problemas personales, conyugales, familiares,... No sé lo que puede estar afectando a tu estima o tu desempeño profesional Pero sí sé una cosa. Nada está perdido. Todavía te queda una cuerda. Con ella podrás alcanzar el éxito. Toca tu melodía con ella y verás los resultados.
  • 12. Aprende a aceptar que la vida siempre te dejará una última cuerda. Cuando estés desanimado, nunca desistas. Aún existirá la cuerda de la persistencia inteligente. Esa que te permite intentarlo otra vez más. La que te permite dar un paso más con una perspectiva nueva. Despierta el Paganini que existe dentro de ti y lucha para triunfar. El éxito es el arte de continuar, donde los otros han decidido parar.
  • 13. Cuando todo parezca desmoronarse, bríndate una oportunidad y continúa hacia adelante. Toca la cuerda de la motivación y arráncale sonidos mágicos, sonidos positivos. Pero antes pregúntate: ¿ Quién motiva al motivador? ¿ Quién motiva a tu cerebro?. ¿Qué mueve tu mano?. ¿Qué toca tu violín? No te frustres, no te desesperes, recuerda: aún existe la última cuerda. La cuerda del “aprender de nuevo” para deslumbrar y generar soluciones.
  • 14. La vida no te romperá todas las cuerdas. Si los resultados no son los que esperabas, es tu oportunidad de tocar la última cuerda, la de la imaginación que reinventa el futuro con ilusión renovada y con nuevas esperanzas. La úlitma cuerda, la olvidada es la que te dará el mejor resultado. Si por casualidad, estuvieras en el fondo del pozo, piensa que ha llegado la oportunidad de tocar con la mejor cuerda del universo. Se llama CONFIANZA EN TÍ