3. La estimulación temprana es
el conjunto de medios,
técnicas, y actividades con
base científica y aplicada en
forma sistémica y secuencial
que se emplea en niños
desde su nacimiento hasta
los seis años, con el objetivo
de desarrollar al máximo sus
capacidades cognitivas,
físicas y psíquicas, permite
también, evitar estados no
deseados en el desarrollo y
ayudar a los padres, con
eficacia y autonomía, en el
cuidado y desarrollo del
infante
4. Durante esta etapa se perfecciona la actividad
de todos los órganos de los sentidos, en
especial, los relacionados con la percepción
visual y auditiva del niño, esto le permitirá
reconocer y diferenciar colores, formas y
sonidos. Por otro lado, lo procesos psíquicos y
las actividades que se forman en el niño durante
esta etapa constituyen habilidades que
resultarán imprescindibles en su vida posterior.
La etapa de 0-3 años de vida del niño establece
particularidades en el desarrollo:
• Se caracteriza por su ritmo acelerado del
desarrollo del organismo.
• Interrelación entre el estado de salud, el
desarrollo físico y psiconervioso del niño.
• Alto grado de orientación con el medio.
• Desarrollo de estados emocionales.
• Papel rector del adulto en el proceso del
desarrollo.
La estimulación temprana busca estimular al
niño de manera oportuna, el objetivo no es
desarrollar niños precoces, ni adelantarlos en su
desarrollo natural, sino ofrecerle una gama de
experiencias que le permitirán formar las bases
para la adquisición de futuros aprendizajes.
5. En el segundo mes de
vida, el bebé empieza a
percibir algún que
otro ruido y comienza a
emitir sus primeros
sonidos como "eh" "uh".
Asimismo, también
puede mantener
la cabeza erguida por
más tiempo y se puede
observar que está
mucho más agudo y
hábil cada día.
6. Para estimular los reflejos del
bebé de dos meses puedes
utilizar sonajeros o juguetes que
desarrollen sus sentidos, sobre
todo el del oído, haciéndolos
sonar a un lado u otro de su
cabeza para que dirija su mirada
hacia ellos. Realizarle masajes
relajantes, mecerlo o bailar con
el niño en brazos le dará
tranquilidad y seguridad.
Ya es una personita social y sabe
cómo obtener atención. A la
sexta semana, permanecerá más
tiempo despierto y estará más
alerta y activo. Podrás ver que
sus sentidos están mejor
coordinados, mira con atención
al escuchar sonidos, presenta el
instinto de succión cuando ve el
pecho o un biberón, etc.
7. ► Estimulación motriz
1. Para fortalecer sus músculos: Con
el bebé sentado, acostado o en brazos,
muévelo de un lado a otro, sosteniéndolo
por la espalda y no por la cabeza, con la
espalda y el pecho en tus manos. Él
intentará mantener la cabeza erguida.
También puedes acostarlo boca abajo y
acariciarle las nalgas y la espalda para que
levante la cabeza.
2. Para estimular el
equilibrio: Levántalo unos 25 cm y
balancéalo hacia delante y hacia atrás,
hacia los lados, arriba y abajo y en
círculos, y ve nombrando cada dirección.
También colócalo sobre un balón pequeño,
de manera que su pecho se apoye en él y
muévelo de delante hacia atrás hasta que
sus pies toquen el suelo.
3. Para estimular el reflejo de
agarre de las manos: Deja que agarre
tus dedos y se mueva en varias
direcciones. Colócale varios juguetes y
permite que los coja y los
suelte. Acostúmbralo a estar boca abajo
y arañe las sábanas, es importante que
vea su mano.
► Estimulación cognitiva
1. Para estimular la capacidad de
reconocimiento de personas: En cada una
de las actividades dile en voz alta: “yo soy
tu mamá”, “él es tu papá”, “tú eres el
bebé”.
2. Para estimular el reconocimiento
del cuerpo: Cuando esté desnudo,
muéstrale cada parte de su cuerpo y dile
cómo se llama.
► Estimulación del lenguaje
1. Para familiarizarlo con el
lenguaje, refuerza los sonidos guturales.
Hazle preguntas: “¿Sí?, ¿Qué dices?,
¿Verdad?”. Háblale con palabras cortas y
cántale canciones que impliquen
movimientos corporales.
8. La estimulación temprana tiene como
objetivo potenciar, a través dejuegos,
ejercicios, técnicas, actividades y otros
recursos, las funciones del cerebro del
bebé. Los beneficios de la estimulación
son físicos, emocionales e intelectuales.
La estimulación sirve al bebé para
aprovechar al máximo su capacidad de
aprendizaje y de adaptación a su entorno
de una forma más sencilla, rápida e
intensa
Los objetivos más importantes durante
el tercer mes de vida serán:
Sonreír cuando alguien le sonríe.
Sujetar la cabeza cuando se le levanta.
Levantar la cabeza cuando se le deja
boca abajo, apoyándose ya en los brazos.
Reaccionar ante los ruidos.
Emitir sonidos bucales: “ajo”, gorjeo…
9. Mientras se le alimenta:
Cuando se alimenta al bebé, hay veces
que hay que suspender la alimentación
para que expulse el aire. Es un ratito
de tranquilidad, que podrá aprovechar
de muchas maneras.
Levantarse y pasearlo, acercándole a
distintos objetos para que los toque:
cosas ásperas, suaves, blandas, frías,
etc. Por ejemplo, puede tocar el
cristal de la ventana, una cortina, un
cojín de terciopelo.
Acariciarle la espalda
Dejarle boca abajo. Esto le ayudará a
sujetar mejor la cabeza.
Sentarlo un ratito corto (mucho rato
podría perjudicarle la espalda), en una
hamaquita, o en sofá rodeado de
cojines.
Hablarle y sonreírle siempre. No
entiende del todo las palabras, pero sí
entiende el silencio de no hacerle
caso.
10. Mientras se le muda o baña:
Cuando se le muda, se tienen a mano varias cosas: el
pañal, la ropa, el bote de aceite, etc. Aprovechar
esto para jugar a las escondidas. Probar a ponerle el
pañal limpio sobre la cara. Si logra quitárselo él
mismo, apláudale. O taparse la cara con el pañal,
para luego aparecer rápidamente sonriéndole.
Pasarle algún objeto para que lo tome mientras se le
cambia.
Cuando se le quite la ropa, moverle lentamente las
piernas. Cuando haga frío, se puede hacer este
ejercicio sin quitarle los pantaloncitos.
Cantarle una canción, marcándole un poco el ritmo.
Mientras se le canta, se pueden hacer movimientos,
siguiendo el ritmo de la canción, o palmadas.
Repetir los sonidos que el niño emite.
Muéstrale juguetes coloridos y de diferentes
texturas. Toma uno y pásalo lentamente por delante
de sus ojos para llamar su atención y hacer que lo
siga con la vista, después, ponlo a una distancia
prudencial para que intente agarrarlo. Con este
simple juego estarás potenciando el desarrollo de la
visión, los movimientos de abrir y cerrar la mano y a
la misma vez estarás impulsando el sentido del
tacto.
ido transmitiendo de generación en generación no
solo estamos estimulando el lenguaje sino también la
coordinación de los brazos, una habilidad que el
pequeño aún no ha desarrollado.
Túmbate boca abajo en el suelo y pon a tu bebé en la
misma posición. Asegúrate de quedar frente a él, así
estarás estimulando el control de la cabeza ya que él
tenderá a alzarla para poder verte. De esta forma
también tonificará los músculos de la espalda.
Durante el baño, introduce juguetes coloridos en la
bañera de manera que el bebé intente cogerlos y
golpee el agua con sus manos. No solo se divertirá
mucho sino que es un ejercicio para propiciar que el
pequeño descubra sus manos y se dé cuenta de lo
que puede hacer con ellas.
11. Pon boca abajo a tu bebé, agita
objetos frente de él hasta que
levante la cabeza y los hombros;
muévelos de lado a lado para que los
siga con la mirada.Retira el objeto
que agarra y deja que lo alcance.
Aplaude sus logros. Pon objetos
sonoros en sus manitos y
muévelos.Sujeta un pañuelo de
colores vivos delante. Muévelo
lentamente mientras le hablas
sobre los colores del pañuelo y
llévalo hacia otro lado.Demuéstrale
con caricias que a ti te encanta su
cuerpecito. Abrázale algo fuerte y
luego más suave para que le llegue la
información a nivel muscular. Repite
los sonidos que emite tu bebé,
háblale y cántale con frecuencia.
12. Mientras se le alimenta:
(P-M) Cuando esté tomando su mamadera, podrá
tocarla con sus manitos, sujetarla, soltarla, etc. Así
irá aprendiendo que es “dura, suave, caliente”.
(P-M) En este rato, puede pasársele, por ejemplo,
una punta de su chaquetita para que aprenda cómo
es la lana, cómo es el botón, pasar un dedito por el
ojal. La idea es explorar, que aprenda a sentir y
percibir.
(P) Si se le da ya puré de verduras o frutas,
cámbielo a un lugar diferente de la casa de donde
toma habitualmente la mamadera, para que vea cosas
nuevas.
(L) El niño deberá ir familiarizándose con el nombre
de las cosas que ve cercanas a su entorno, cómo se
llaman. Para facilitar este proceso, se le mostrarán
las cosas una a una, diciéndole cuál es su nombre:
pan, leche, agua,… Es importante usar la palabra
correcta para cada cosa, pronunciándola bien (no
imitar nunca su media lengua, porque aprenderán mal
las palabras y tendrán que hacer un doble
aprendizaje). Es importante e imprescindible que se
separe y se muestre claramente el objeto que se le
está nombrando. Si se le dice “cuchara” cuando se le
da la sopa, él no sabrá si “cuchara” es la sopa, la
boca, la mano, el plato o la cuchara. Se debe ser
claro. Aislar el objeto. No se trata de que repita
aún, sino de que se familiarice.
(S) Sonreírle y aplaudirle los pasos que vaya dando,
las cosas que vaya aprendiendo.
Mientras se le muda o baña:
(P-M) Tratar de que el niño siga con la mirada los
movimientos que se le hacen, los desplazamientos de
quien le rodea. Así, si se inclina a coger algo del suelo,
llamarle para que mire hacia ese lado (tomando
precauciones para evitar golpes).
(P-M) Cuando se le levanten los pies para cambiarle el
pañal, hacer que se mire sus propios pies y bajárselos
lentamente, tratando que los siga con la vista.
(P-M) Si algo de lo que se está usando para la muda le
llama la atención (y no es peligroso), dárselo para que
juegue con ello: un rulo del pelo, una pinza, el bote de
toallitas húmedas, etc.
(P-M-L-S) Imitar las acciones que el niño haga
espontáneamente. Si hace algún sonido, imitárselo (“da-
da”, “ba-ba”,…). Si se ríe, reírse con él. Si saca la lengua,
sacarla también.
(P-M-L-S) Hacer los movimientos que el niño ya sabe
hacer y tratar de que le imite. Por ejemplo, si el niño
sabe arrugar la nariz, arrugársela, aplaudiéndole si lo
imita. Sacar la lengua, juntar las manos, mover la
cabecita, etc.
Ratos entre las comidas:
(P-M) Rápidamente se descubre que a los niños no les
suele interesar tener juguetes elegantes o caros. Les
atrae cualquier cosa que puedan tocar, golpear y chupar.
Y de estas cosas hay muchas en casa, por ejemplo, una
tacita de plástico, una cuchara, tapas de frascos o
tarros. Se le pueden construir juguetitos, como un collar
de manguera.
(P-M-S) Cuando el niño está despierto, procurar que
alguien lo saque de su cuna o cama y lo pasee un rato por
la habitación o la casa, cogido en brazos, y dejándolo
mirar y tocar las cosas que le llamen la atención.
(M) Dejarlo, de vez en cuando, acostado boca abajo, para
que se ejercite en levantar la cabeza y el pecho.