Una pareja cubana estaba en el malecón de La Habana una noche de diciembre. El hombre le pide a la mujer que le deje tocar su "wiwichu", refiriéndose a su cuerpo, pero ella se niega al principio. Finalmente accede y él saca su guitarra para cantarle "Wiwichu a merry crismas" y desearle una feliz Navidad.