1. 2° Domingo T. Ordinario
“¡He aquí el Cordero
de Dios!”
Jn 1,29-34
Ciclo „A‟

2. 29. Al día siguiente, Juan vio
que Jesús se acercaba.
Entonces le dijo a toda la gente:
«¡Aquí viene el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo!

3. Por medio de Él,
Dios les perdonará a ustedes todos
sus pecados.

4. 30. Yo me
refería a Él
cuando dije:
“Después de mí, viene uno
que es más importante que yo,

5. porque existe desde
antes de que yo naciera”.

6. 31. Yo no sabía quién era,
pero Dios me mandó
a bautizar con agua,

7. para que todos
puedan conocerlo.

8. 32. Yo vi
cuando
el Espíritu de Dios

9. bajaba del cielo

10. en forma de paloma
y se colocaba sobre Él.

11. 33. No sabía yo quién era él, pero
Dios me dijo:
“Conocerás al que bautiza
con el Espíritu Santo,
cuando veas que mi Espíritu
baja y se coloca sobre él.”

12. 34. Ahora lo he visto,
y les aseguro
que Él es el Hijo de Dios».

13. Anunciar el evangelio significa
hablar al hombre
de nuestro tiempo
preguntándole
qué busca en
lo profundo
de su corazón.

14. Evangelizar,
es llevarlo
a hacer
la experiencia
de amistad con
Cristo Jesús,

15. que vino al mundo para
salvar al hombre
del pecado,
del mal
y de la muerte eterna.

16. Él nos ha traído la salvación.
¿La aprovechamos?

17. ¿Somos capaces
de testimoniar
el gozo de la salvación
que recibimos
de Cristo Jesús?

18. El Papa
Francisco,
nos llama
a ser
„una Iglesia
en salida,
capaz
de observar
y de escuchar‟.

19. Padre Dios:
Que a ejemplo de Juan, el Bautista,
hablemos de tu Hijo
a quienes tenemos
cerca de nosotros.

20. Que vivamos esta misión,
para que todos lo conozcamos
y lo sigamos conscientemente,

21. y, sobre todo,
que testimoniemos,
de la mano de María,
que somos
sus discípulos misioneros.
¡Así sea!
Ámbito Misionero