Dos amigas llamadas Valeria y Lucía disfrutaban jugando juntas, pero Valeria se sentía rara y sólo quería volar. Una noche fueron a la luna y jugaron con luciérnagas, divirtiéndose con sus luces de colores. Al día siguiente, las luciérnagas habían desaparecido, preocupando a las niñas. Más tarde regresaron y encontraron a las luciérnagas de nuevo.