Albarracín fue habitada originalmente por la tribu celta de los lobetanos durante la Edad de Hierro, y ofrece una experiencia única de una ciudad medieval española, con construcciones que forman un conjunto pintoresco. La ciudad también alberga leyendas como la de la Sombra de Doña Blanca, que se dice que desciende hasta el río las noches de luna llena.