Cuatro esqueletos que viven en un laboratorio escolar, aburridos un viernes por la noche, deciden escaparse e ir a bares y una discoteca. Al regresar, sus huesos se les caían debido a haber bailado mucho, y tuvieron que colocarse los huesos unos a otros como pudieron. A la mañana siguiente, cuando los niños entraron al laboratorio, los esqueletos estaban desordenados, con huesos en lugares incorrectos, causando confusión y risas a los niños, quienes los reacomodaron.