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EL COCO DEL PANTANO




        NEVENKA WALTERSDORFER MENDOZA
EL COCO DEL PANTANO


Gilberto vivía en el pantano, era grande y fuerte. Lo que más detestaba eran los
mosquitos que se arremolinaban alrededor de sus ojos y claro era lógico pues ellos
habitan en los pantanos; todo el día renegaba, era un gruñon, nunca sonreía, pelaba
las muelas a todo el mundo se aprovechaba de eso nadie quería estar junto a el
porque le apestaba el ocico y era feroz.

   -   No te acerques. – les decía a todos. Y siempre tenía un tenedor en las manos.
¿Para qué? se preguntaran; pues se los dejo a su imaginación.

Un día a principios del verano pasado apareció muy cerca de allí una linda cocodrila,
Hermelinda era su nombre; era tan hermosa y buena que todos la querían sobre
todo porque Hermelinda era vegetariana. Y como era de suponerse Gilberto al verla
quedó prendado de ella, quería acercarse pero hasta Hermelinda le tenía miedo.
Pero él insistía todos los días, empezo a lavarse los dientes, a comportanse con
buenos modales y hasta se volvió vegetariano, sólo así pudo acercarse a ella. No
hubo pareja más feliz en todo el pantano y calro tuvieron muchos hijitos.




                         Nevenka Waltersdorfer Mendoza.

El coco del pantano

  • 1. EL COCO DEL PANTANO NEVENKA WALTERSDORFER MENDOZA
  • 2. EL COCO DEL PANTANO Gilberto vivía en el pantano, era grande y fuerte. Lo que más detestaba eran los mosquitos que se arremolinaban alrededor de sus ojos y claro era lógico pues ellos habitan en los pantanos; todo el día renegaba, era un gruñon, nunca sonreía, pelaba las muelas a todo el mundo se aprovechaba de eso nadie quería estar junto a el porque le apestaba el ocico y era feroz. - No te acerques. – les decía a todos. Y siempre tenía un tenedor en las manos.
  • 3. ¿Para qué? se preguntaran; pues se los dejo a su imaginación. Un día a principios del verano pasado apareció muy cerca de allí una linda cocodrila, Hermelinda era su nombre; era tan hermosa y buena que todos la querían sobre todo porque Hermelinda era vegetariana. Y como era de suponerse Gilberto al verla quedó prendado de ella, quería acercarse pero hasta Hermelinda le tenía miedo. Pero él insistía todos los días, empezo a lavarse los dientes, a comportanse con buenos modales y hasta se volvió vegetariano, sólo así pudo acercarse a ella. No hubo pareja más feliz en todo el pantano y calro tuvieron muchos hijitos. Nevenka Waltersdorfer Mendoza.