Un creativo de publicidad que pasaba por un ciego pidiendo limosna, tomó el cartel que decía "Por favor, ayúdenme, soy ciego" y le dio la vuelta para escribir un nuevo mensaje. El nuevo cartel decía "Hoy es primavera y no puedo verla", lo que llenó la gorra del ciego de billetes y monedas. El publicista le explicó que usó sus mismas palabras pero de otra manera.