1. Genalguacil, un pueblo con arte
“Genalguacil es un lienzo en blanco que está a la espera de que le den color”. La artista
gallega Carolina Cruz asegura que esta fue su primera impresión cuando vio las casas
encaladas y las estrechas callejuelas de este municipio malagueño, en plena Serranía de
Ronda. Y no está equivocada. Cruz es una de los seis creadores que este año participan en la
undécima edición de los Encuentros con Arte de Genalguacil, una cita bianual en la que
autores nacionales e internacionales crean durante dos semanas una obra de arte que
permanecerá en la localidad, que ya alberga más de 200.
Desde el pasado 1 de agosto y hasta el próximo día 15, las calles de este peculiar museo al
aire libre se han transformado en improvisados talleres en los que los artistas invitados
trabajan con la colaboración de los vecinos. “Es increíble cómo se ha volcado todo el pueblo
con nosotros”, reconoce Cruz. Durante la estancia de los participantes en la localidad, la
organización corre con los gastos de alojamiento, manutención y material, ellos solo tienen
que preocuparse por crear. “Esta iniciativa es toda una oportunidad, sobre todo por la
libertad creativa que nos ofrece. Es un lujo poder componer a gran escala”, afirma la
sevillana Aida Carvajal, mientras talla en porexpan Mujer recostada, una de las dos
esculturas que realizará en estos días.
A la hora de seleccionar las obras de esta edición, el coordinador de los encuentros, Rafael
Alvarado, resalta que se eligieron aquellos trabajos que mejor cumplían con la esencia de
esta iniciativa: la fusión entre arte y naturaleza. “Genalguacil está en un enclave de
ensueño. En cada uno de sus rincones, se respira su riqueza paisajística, esa que me
enamoró y que es la esencia de mi trabajo”, afirma la artista lituana Ona Juskiene, cuyo
mural, Tree with birds, comienza a descubrirse en la calle Álamos ante la mirada atenta de
tres vecinas. “No sé cómo lo consiguen pero todos los años nos sorprenden”, apunta Rita
Holgado, natural de la localidad pero que actualmente reside en Algeciras.
El municipio malagueño alberga más de 200 obras de años anteriores
Alvarado señala que también se tiene en cuenta que sean proyectos que fomenten la
relación del artista con los paisanos, en algunos casos, tanto que sin su colaboración no hay
obra. El ejemplo más claro es la propuesta del artista malagueño Jonathan Sánchez, quien
se pasea por el municipio, con su cuaderno bajo el brazo, para retratar a los vecinos. “Tengo
un contacto muy directo con ellos, conozco sus vidas, me cuentan sus anécdotas... estoy
viviendo la experiencia al 100%”, afirma el autor, cuya obra serán ocho retratos que se
2. expondrán en el Museo de Arte Contemporáneo de la localidad, que alberga todos los
trabajos de años anteriores que por su composición no pueden estar al aire libre.
La artista onubense Marta de Pablos también apuesta por la interacción en su obra Deseos
embotellados. “Les pedí a los vecinos que me dieran todas las botellas vacías que tuvieran.
El primer día, grupitos de niños de entre 6 o 7 años me traían bolsas y bolsas. Fue increíble”,
afirma. Además, la esencia de su composición depende de ellos. “Mi obra la completarán
los vecinos pues en cada una de las botellas podrán meter un papel con un deseo o un
mensaje”, apunta De Pablos, quien resalta la importancia de conseguir que el proyecto
quede integrado en el municipio. Los artistas realizan sus creaciones con la colaboración de
los vecinos
Es el caso del artista gaditano Gonzalo Polo, cuyo proyecto ya no solo contempla la creación
de pájaros con aperos sino también la de otros “animalacos”. “Mi objetivo es crear estas
figuras desvirtuando lo mínimo posible estas herramientas”, afirma.
Pero estos encuentros son mucho más. Durante esta quincena, la localidad acoge una serie
de actividades culturales, desde conciertos, proyecciones de películas o teatro. “Aunque por
la crisis nos hemos visto obligados a reducir el número de artistas participantes, la iniciativa
mantiene la calidad de años anteriores”, afirma el alcalde de la localidad, Miguel Ángel
Herrera, y expresa un deseo en voz alta: “Genalguacil es y será siempre un auténtico museo
habitado”.