1. UN MUNDO SIN DERECHOS
LA TIERRA DE NADIE
En la tierra de nadie, todos viven encarcelados, no conocen la luz
del sol, no saben lo que significa ser libres y no saben diferenciar lo
que está bien de lo que está mal.
En la tierra de nadie las personas parecen robots, máquinas que
dependen del mando de alguien superior que roba día tras día su
vida. Son frías máquinas sin alma y sin pensamientos. Aquí nadie
tiene el control sobre sí mismo, dependen de una mente más fría y
más siniestra que ellos.
En esta tierra, donde todos son nadie, no saben lo que es ser feliz
porque no tienen derecho a soñar, ninguno tiene ambiciones ni
metas, ninguno se propone conseguir realizar su vida, porque
simplemente no la conocen. No saben qué es la felicidad, porque ni
siquiera saben si existe. No tienen poder de decisión, aquella mente
siniestra decide por ellos.
No eligen quién los gobierna, no son educados, son adiestrados,
ninguno se revela contra el sistema, porque no conocen el
significado de la palabra huelga o revolución. Ninguno se expresa,
porque nadie piensa, no existe la educación son analfabetas de
profesión. No tienen culto ni religión, no hay diferencia, todos son
homogéneos y no saben quién es Dios.
Viven en la oscuridad, no tienen el premio de la brisa de la mañana
ni el cantar de los pájaros, no conocen el arco iris ni la inmensidad
del universo a través de las estrellas. Viven bajo la tierra imaginaria
porque están enterrados en vida. El premio para ellos sería salir de
esta vida, ser desterrados de la tierra de nadie. Morir algún día será
su recompensa, porque lo que sufren en vida prepara el camino para
el descanso de la eternidad.
En la tierra de nadie, todos son ninguno, en la tierra de nadie todos
son máquinas sin libertad, sin justicia, sin amor y sin vida.