La arquitectura renacentista italiana se desarrolló durante el Quattrocento y Cinquecento, con figuras clave como Brunelleschi, quien construyó la cúpula de Santa María de las Flores y San Lorenzo en Florencia, Alberti, Bramante, y Palladio, cuyos diseños de iglesias, palacios y villas en ciudades como Florencia, Roma y Vicenza definieron los cánones clásicos de la arquitectura renacentista.