Los animales merecen ser tratados con compasión y respeto, ya que pueden experimentar dolor y emociones como los humanos. Debemos protegerlos de la crueldad y el sufrimiento innecesario, ya sea en la industria alimentaria, de investigación o en cualquier otro contexto donde se los utilice. Una sociedad verdaderamente justa y moral es aquella que valora la vida de todos los seres sensibles.