El documento contiene varias reflexiones sobre el pasado, el perdón, el renacimiento y la necesidad de espacio. Habla sobre dejar ir el pasado, dejar que las cosas se acomoden solas y sobre la dulzura de renacer donde más se amó. También menciona que a veces durante el camino es mejor no hablar y que hay una eternidad para sentir el viento en la orilla del mar.

1. CASA
DULCEHOGAR

4. Me agobia su
presencia, no me
haría el favor de
alejarse…y no
volver?

6. Lo siento, pero es así. Heme aquí, todavía rogando. Necesito
espacio.

8. Deja al inocente sarnoso en paz.
Pero no solo. Solo nunca.

9. • h

12. Déjate volar, hombre.
Que el pasado, pisado. Y tu
voluntad, amordazada.

14. Y no. El Éxodo hacia la Tierra Prometida tampoco fue fácil. Pero a veces
durante el camino es mejor no hablar; y dejar que los melones se acomoden solos.

16. ¿Por qué no? Como usted me dijo, pasado
pisado, ¡es cierto! Lo siento tan cercano, lo
abrazo, lo beso, ya no me da asco.

19. ¡Intoxícame con tu interior!

20. Ando con
suerte, digo,
por lo menos no
hay cruz.

21. S
I
E
T
E
T
R
O
M
P
E
T
A
S

22. Viernes 3 de abril de 2015
Querido diario:
Hoy, comienza una nueva etapa. Desconozco ya cual fue mi
Jerusalén y mi Babilonia. Puesto que solo quedan rastros y desierto.
Sin embargo, hay algo dulce en renacer donde uno más amó.
El olor a agua salada y el ocaso producen una profunda satisfacción.
Pero advierto algo:
Hoy, no pienso sentir el viento que choca en la orilla contra
las olas. Quizás comience mañana. No lo sé, hay una eternidad para
sentirlo.
Atentamente, la arena.