El documento describe los bombardeos atómicos de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki por parte de Estados Unidos en agosto de 1945. Mientras que el presidente Truman argumentó que la bomba atómica puso fin a la guerra y salvó vidas, un sobreviviente japonés ofrece un testimonio del horror y destrucción que presenció en Hiroshima después del ataque.