En ese momento, algunos presentes informaron a Jesús sobre los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con sus sacrificios. Jesús respondió que no pensaran que todos los que sufren desgracias sean más pecadores. Luego les contó la parábola de la higuera estéril a la que el viñador le dio otra oportunidad para que diera fruto antes de cortarla.