El poema expresa la capacidad del corazón humano para sentir a Dios en todas partes, ya sea en la naturaleza como los huracanes, arroyos y volcanes, o en la belleza como las flores y la música. El poema repite la frase "Allí, gran Dios, mi corazón te [verbo]" para enfatizar que el corazón puede adorar, sentir, admirar y cantar a Dios en todos los lugares y cosas de la creación.