Este poema describe cómo el buen pastor deja las noventa y nueve ovejas seguras para ir en busca de la oveja perdida, encontrándola y curando sus heridas. Luego, compara esta historia con cómo los pastores espirituales aún buscan a las almas que se han extraviado, guiándolas de regreso al camino de Cristo y dándoles paz. Finalmente, ofrece el evangelio como luz para aquellos que sufren en soledad y desesperación.