Las cuatro velas representan la Paz, la Fe, el Amor y la Esperanza. Las primeras tres velas se apagan una por una a medida que esas cualidades desaparecen de la humanidad. Solo queda la vela de la Esperanza, la cual enciende de nuevo a las otras velas cuando un niño llora por su apagado, enseñando que mientras haya esperanza se pueden reavivar las otras cualidades.