La historia cuenta de una mujer pobre que entró a una cueva mágica donde podía tomar todas las riquezas que quisiera, pero solo tenía ocho minutos. Fascinada por el oro, dejó a su hijo y llenó su delantal de tesoros, olvidando la advertencia. Cuando salió, la puerta se cerró dejando a su hijo adentro para siempre. La historia enseña que debemos enfocarnos en lo que más importa en la vida, como nuestra familia y valores espirituales, en vez de perseguir riquezas material