2. Primero, deshojamos las rosas, metimos los pétalos en un tarro de cristal, echamos una taza de alcohol y lo dejamos macerar durante siete días.
3. Una semana después, rallamos los cítricos, es decir, la naranja y el limón, con cuidado para no cortarnos con el rallador.
4. Más tarde, olimos la menta que teníamos picada en un vaso, y la mezclamos con cuatro cucharadas de ralladura de limón y cuatro de ralladura de naranja. Lo mezclamos bien y preparamos una infusión con medio litro de agua hirviendo.
5. Olimos la infusión ¡M,mm...! La colamos cuando ya estaba fría y colamos también las rosas que teníamos en el alcohol y que ya habían perdido el color.
6. Por último colamos otra vez la mezcla y la metimos en un frasco pulverizador. ¡Lo mejor de todo fue poder olerla por fin! ¡Mmm....!