1. Castillo de loarre, huesca Tomando como punto de partida la ciudad de Huesca, la ruta a seguir debe mantener el curso que le marcan los cuatro castillos más representativos de la provincia. Comenzando por Loarre y terminando en Monzón, la provincia oscense da buena muestra de su pasado histórico. De todos ellos Loarre es el más sobresaliente. De estilo románico, está formado por un castillo-convento y un recinto amurallado que data de los siglos XI-XII. Es sin duda un imponente lugar, aupado sobre una atalaya, de planta irregular que está rodeado por una doble muralla con torres cilindricas y dos puertas. Su presencia y transcendencia lo convierten en el castillo por excelencia de Aragón.