El poema describe la belleza de la mañana, con las hojas del naranjo cubiertas de rocío, las aves trabajando la tierra y preparando el suelo para sembrar, y la montaña extendiéndose hacia el infinito mientras recoge las sombras a medida que el sol se eleva. Una ráfaga de viento despierta al poeta y en el suelo quedan esparcidas estrellas que se desprendieron durante la noche.