Este documento describe a los perros como ángeles sin alas. Argumenta que los perros ofrecen amor incondicional, amistad y protección sin pedir nada a cambio. Aunque a veces se enojan o alejan como los humanos, los perros siempre vuelven cabizbajos pidiendo perdón. Concluyendo que los perros son tan angelicales como los ángeles tradicionales a pesar de su apariencia peluda.