La NSA utiliza Angry Birds para obtener datos de usuarios de móviles modificando parte del código del popular juego para espiar usuarios de Android; aunque no se sabe el número exacto de usuarios afectados, las agencias de inteligencia estadounidenses y británicas han aprovechado aplicaciones móviles y redes sociales para espiar desde 2007, según reveló Edward Snowden, lo que genera preocupación sobre la privacidad e intimidad de los usuarios.