Este documento explora la preocupación constante que sienten los padres por sus hijos a lo largo de las diferentes etapas de la vida de estos. Describe cómo la madre del autor siempre se veía preocupada por él y sus hermanos, y cómo ahora él experimenta la misma preocupación constante por sus propios hijos, a pesar de los consejos recibidos de que dejaría de preocuparse a medida que sus hijos crecieran. Finalmente, reconoce que la preocupación por los hijos es una "antorcha" que se transmite de generación en generación, ya que
2. ¿Hay un período mágico cuando
los hijos se hacen responsables
por sus propias acciones?
“Es la vida de ellos” sin sentir nada?
¿Hay un momento maravilloso, cuando
los padres nos convertimos sólo en
espectadores, en la vida de nuestros
hijos, nos alzamos de hombros y decimos:
3. ¿”Cuándo pararé de preocuparme”?
La enfermera dijo:
¡Cuando salgan de la etapa de accidentes!.
Mi mamá apenas sonrió y no dijo nada.Mi mamá apenas sonrió y no dijo nada.
Cuando contaba con 20 años, estaba en
el pasillo de un hospital esperando a que
los doctores pusieran unos puntos en la
cabeza de mi hijo y pregunté:
4. Casi como que me hubiera leído la mente, la
maestra me dijo:
¡”No se preocupe, todos ellos pasan por
esta etapa y luego usted, podrá sentarse
tranquila…
…relajarse y disfrutarlos”!
Mi mamá apenas sonrió y no dijo nada.Mi mamá apenas sonrió y no dijo nada.
Cuando contaba con 30 años, me senté
en una pequeña silla en la clase y
escuchaba como uno de mis hijos
hablaba incesantemente interrumpiendo
la clase y moviéndose continuamente.
5. …que los autos llegaran a casa…
…que la puerta de la casa se abriera.
Una amiga me dijo:
¡No te preocupes, en unos años vas a poder
dejar de preocuparte.
Ellos ya serán adultos”.
Mi mamá apenas sonrió y no dijo nada.Mi mamá apenas sonrió y no dijo nada.
Cuando contaba con 40 años,
me pasaba la vida esperando
que el teléfono sonara…
6. Todavía me estaba preocupando
por mis hijos,
pero también ya se notaba una
arruga nueva en mi frente,
aunque no podía hacer
nada acerca de ello…
Mi mamá apenas sonrió y no dijo nada.Mi mamá apenas sonrió y no dijo nada.
Ya en mis 50 años, estaba
cansada y harta de ser vulnerable.
7. Mis amigos me decían que cuando mis
hijos se casaran yo iba a poder dejar
de preocuparme y llevar mi propia vida.
Yo quería creerles, pero me asaltaba el
recuerdo de la cálida sonrisa de mi
mamá y su ocasional:
““Luces pálida hija, estás bien? EstásLuces pálida hija, estás bien? Estás
deprimida por algo?"deprimida por algo?"
Yo continué angustiándome con sus
fracasos, apenándome por sus
tristezas y absorbida en sus
decepciones.
8. ¿Es que la preocupación por nuestros hijos se
entrega como una antorcha de unos a otros, para
que arda en el camino de las fragilidades humanas y
el miedo a lo desconocido?
¿Es la preocupación una maldición,¿Es la preocupación una maldición,
o es una virtud que nos eleva a loo es una virtud que nos eleva a lo
más alto de la vida humana?más alto de la vida humana?
¿Puede ser que los padres estemos
sentenciados a una vida de preocupaciones?
9. Me dijo:¿Dónde estabas?
¡Desde ayer que te estoy llamando
y nadie me respondía.!
¡Estaba muy preocupado…!
Y yo solo me sonreí y no dije nada.Y yo solo me sonreí y no dije nada.
La antorcha había sido entregada!!!La antorcha había sido entregada!!!
Un día uno de mis hijos, se irritó conmigo.
10. Me dijo:¿Dónde estabas?
¡Desde ayer que te estoy llamando
y nadie me respondía.!
¡Estaba muy preocupado…!
Y yo solo me sonreí y no dije nada.Y yo solo me sonreí y no dije nada.
La antorcha había sido entregada!!!La antorcha había sido entregada!!!
Un día uno de mis hijos, se irritó conmigo.