Este documento compara la fe y el conocimiento de Dios que tienen los demonios con la de algunos hombres. Explica que a diferencia de algunos hombres, los demonios no son ateos ni idolatras, sino que creen en un solo Dios creador a quien temen. También reconocen la naturaleza divina de Cristo y creen en la existencia del infierno, aunque al final señala que a pesar de su fe, los demonios no serán salvos.