Un asno encontró una lira tirada en un prado. La tocó con su pezuña y sonó. Dijo "es una cosa bonita, pero por Hércules, no me ha ido bien porque no sé del arte". "Si alguien más prudente la hubiera encontrado, habría deleitado los oídos con cantos divinos". A menudo el ingenio se pierde por la desgracia.