El documento presenta un juego llamado BINGO-COLE que los profesores pueden jugar discretamente durante reuniones y cursos aburridos para combatir el sueño. El juego implica hacer una tabla con palabras clave y tacharlas cuando se mencionan, con el objetivo de completar líneas y ganar premios como comida o bebida. Varios testimonios elogian cómo el juego mejora la capacidad de escuchar y la motivación durante las reuniones, aunque también puede causar discusiones sobre quién ganó.