El remitente envió un paquete y luego intentó cancelarlo al darse cuenta que los datos del destinatario eran falsos con el fin de estafarlo. A pesar de confirmarle al remitente que el paquete estaba retenido, DHL procedió a entregarlo. Más tarde, el estafador contactó al remitente para decirle que siempre lograba recibir los paquetes a pesar de las cancelaciones, ya que pagaba a empleados de DHL para que se los entregaran sin seguir los procedimientos correctos. El remitente quedó insatis