La Carta Europea del Agua estableció 12 principios clave para la gestión del agua en 1968, incluyendo que el agua es esencial para la vida, no es infinita y debe conservarse, la contaminación del agua amenaza la vida, el agua debe mantenerse en condiciones saludables para todos los usos, y la cooperación internacional es necesaria debido a que el agua no reconoce fronteras políticas.