Este poema expresa el deseo del autor de acercarse cada vez más a Cristo, su Salvador eterno. El autor pide a Cristo que lo guarde cerca de su corazón y lo proteja en el puerto de paz. Reconoce que no trae méritos propios, sino sólo su corazón herido, y pide a Jesús que lo limpie con su sangre. El poema concluye expresando el deseo de acercarse a Cristo hasta el fin, anclando en el puerto de amor para vivir feliz cerca de su Salvador.