Los certificados digitales permiten cifrar mensajes entre usuarios utilizando claves públicas y privadas emitidas por autoridades certificadoras. Sin embargo, existe el riesgo de que las autoridades certificadoras no sean realmente quien dicen ser, ya que a veces se autoricen a sí mismas sin una verificación externa. Por ello, los navegadores no siempre reconocen los certificados emitidos por algunas autoridades nacionales. Los usuarios deben informarse sobre las autoridades certificadoras y desconfiar si no parecen legítimas.