Un terremoto se produce debido al choque de placas tectónicas, lo que libera energía en la corteza terrestre y causa sacudidas. Un terremoto tiene un hipocentro, donde se origina la energía, y un epicentro sobre la superficie directamente sobre el hipocentro. Los terremotos se clasifican por su magnitud, la cual se mide en la escala de Richter basada en la energía liberada.